Luego he repartido entre los seis grupos de mi clase los elementos que había dibujados en la primera pizarra (vocales, ladrillos, ventanas, árboles, personas, flores, pájaros, nubes). Cada uno ha dibujado el objeto que le ha tocado, "su objeto". Lo interesante ha sido la dinámica...la pregunta final era, ¿Os gusta el dibujo?, la respuesta mayoritaria ha sido que sí...
Pero durante el camino ha habido, "han borrado lo que yo he dibujado", "vamos a borrar pájaros que no caben las nubes", ¿Por qué haces esa flor así? ¿aceptamos los dibujos que no son como los nuestros o que no nos gustan?...¿qué hacemos con lo que no nos gusta o no es como yo lo había pensado?...perdemos algo nuestro, pero ganamos en conjunto.
Al final les hice caer en una pequeña reflexión: ¿qué habría pasado si yo ahora borro todos los dibujos que son de mi gusto, o que no son como yo había propuesto?
La clase me respondió, que debería de borrar todo el dibujo.
Les dije que es importante no aferrarse a lo nuestro, tener puntos de vista distintos, aceptar y tener abierto el corazón hacia los demás.
Han dibujado más elementos de los que había en un principio, todo lo enriquecen.
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